Pero con más calor que el anterior.
Por eso, lo de tomarse el café en la plaza no pintaba… Hoy ha tocado madrugar y echarse a correr. Estaba dejando la run-tina un poco de lado, cosa que me preocupaba porque ya había conseguido el empezar a subir cuestas sin dejarme el bofe en el primer paso.

El fin de semana anterior me lo pasé triscando por tierras de Soria, volviendo piedras y doblando iglesias, que es una tradición muy mía. Menos mal que he encontrado con quienes compartirla. Como puede verse en esta foto, allá también hacía calor: lo que pasa es que las iglesias románicas son de por sí fresquitas, así que se agradecía el “fular”.
Hoy domingo, trotando por el JdP me habría venido bien un fular-toalla pa’ los sudores. Por lo menos he conseguido doblar los 3’30” y llegar a casa entera, aunque empapada. Con lo cual, se me ocurre que hay que dar gracias por el agua limpia y corriente que va por las tuberías: gracias al agua, a los fontaneros e inventores de tuberías, al Canal, a la ciencia hidráulica… ¡qué cosas se le ocurren a una en la ducha!