
Ahora en primavera, me cuesta un montón arrancar a una hora “decente” para llevar a cabo todas las cosas que tengo que hacer por las mañanas: ejercicio y limpieza.
Ya son las doce y yo con desayuno, bata y pantuflas. Y las musas atadas por el rabito, como un ramillete de moscas, en la pantalla del ordenador.
Las muy… musas, no han dejado de removerse toda la noche.