
Se acerca el Primero de Noviembre.
Como nunca me han gustado las fantochadas de “jarlogüin”, ni ya tampoco las imposturas del samhain esmirriau, prefiero recordar a mis muertos (los de cerca o de menos cerca) y este poema de Antonio Rivero Taravillo, en el que los árboles son tan protagonistas como los que están debajo de sus raíces.
Leerlo en el enlace: FUEGO CON NIEVE: Un poema