
Bien, terminé la lectura de la novela de Domingo Villar.
Muy bien, no solamente lo que dije en la otra entrada acerca del ambiente marinero y gastronómico gallego, sino que la historia tiene un buen guión dos claros giros de tuerca hacia el final, y uno de ellos -que incluye la clásica dualidad víctimas/verdugos- muy bien llevado.
No despega, eso sí, el personaje de Estévez, que sigue pareciéndome tópico, pero se le ha añadido un par de nuevos detalles que dejan la puerta abierta… A ver la evolución.
No creo que vea la película, a menos que me inviten a hacerlo. Me quedo con el regusto delicioso… a vinito gallego.
Próximamente, más reseñas, amiguitos.