Yo ya sé que esto se ha puesto de moda. Al menos en mi pueblo, donde la ausencia de grandes desniveles fabrica corredores de todas las edades, velocistas y… nordic-marchadores.
Y no me disgusta por una vez ir a la moda.


Me apunté hace un año como cosa divertida y gratis. Ahora, la Consejería de Deportes ha montado unas clases muy divertidas. Empezamos dando vueltas en torno a una piscina y ahora ya recorremos nuestros alrededores, lo que da tiempo en aprox. una hora.
Hay otro grupo en el pueblo y ya me he unido a ellos para caminatas un poco más largas. En fin, que ya no tengo excusa para dejar de hacer ejercicio.
Y sí: no sabía que “esto” cansaba tanto.