Ya no son horas de estar escribiendo -me dice mi demoño del hemisferio izquierdo.
Dale, dale un poquito más -me dice mi angel del hemismoño derecho.
El sol ha hecho sus estragos hoy (23 o 24 grados) y tengo la cabeza como una lavadora y el cuerpo como una turmix. Pero Irlanda seguía ahí, verde y mojada, cuando abrí los ojos.
Mirando hacia atrás, me parece que no hay “oportunidades perdidas” sino que uno escoge en función de cada momento y la fluidez del tiempo (una cosa muy difícil de percibir para esta estudiosa del pasado) hace el resto.
Vivir y soñar el momento presente es lo que vale y el pasado… bah, lecturas fluidas.