
Una de esas historias que gustan de la Historia de España. De cuando aún había caballeros entre los hispanos y alguno que otro entre los enemigos.
Mi poco santo de no-devoción, Pérez Reverte, le pone letra a un hermosísimo cuadro de Ferrer-Dalmau.
Y da una noticia que… hay que tentarse el pelo.
************ACTUALIZACIÓN CALVA
¡No sabía yo nada de esta polémica! Pero vamos, el cuadro sigue pareciéndome hermosísimo.